¿Has llorado todo el día? ¿Te ha costado concentrarte? ¿Perdiste las ganas de hacer las cosas que antes te encantaban? ¿Te sientes agotada de tanto pensar? ¿Sientes que la tristeza te ha ganado y no puedes más?
Si la mayoría de las respuestas son SÍ, algo pasa y hay que detenernos a poner atención a ti, tu vida, tus emociones y las situaciones con las que estás lidiando a diario.
Revisemos! La tristeza hace parte de las múltiples emociones universales que TODOS sentimos, y aunque puede ser incomoda es NORMAL.
La tristeza nos permite tener empatía con los demás y adaptarnos de la mejor manera a la incertidumbre de las situaciones difíciles y cotidianas.
Sin embargo, cuando esta tristeza se perpetúa en el tiempo, pierde esa capacidad de ayudarte a adaptarte, de identificar qué está fallando y mejorar.
Cuando la tristeza no se va como otras emociones, empieza a crecer y crecer despacio y en silencio, invadiendo tu cotidianidad, tu trabajo, tus espacios en familia, con amigos, y contigo mism@.
A veces vamos alimentándola con pequeñas acciones sin darnos cuenta que los intentos de evitarla o esconderla solo van a hacerla más pesada y grande.
Es aquí cuando a esa tristeza se le suman problemas para dormir, cambio grande en tu apetito o peso, ganas de aislarte de tus amigos o familia, dificultades para concentrarte, pérdida del interés y placer en cosas que antes te encantaban,
Y poco a poco va configurándose un cuadro llamado depresión.
En este nuestro cerebro empieza a sobreexigirse aumentando progresivamente los pensamientos negativos sobre ti mism@ y sobre el futuro que te impiden identificar un camino de salida.
Pero no tienes que encontrar ese camino sol@, el mejor camino a seguir es iniciar un proceso conjunto pero centrado en ti, que te permita identificar qué pasó, el momento en que empezaste a sentir que esa tristeza te estaba ganando y como sin quererlo la has alimentado.
Aunque posiblemente tu sensación en este momento es que estas perdiendo la guerra con esa tristeza que empezó tiempo atrás, podemos ayudarte a desarrollar herramientas para gestionarla y regularla.
¡Vamos! Date la oportunidad de disminuir esa sensación de derrota, ¡te podemos acompañar a recuperar tu motivación y que puedas continuar sintiendo todas las emociones de forma natural!