¿Tratamiento para qué?
Muchas personas aún se preguntan si valdrá la pena invertir su tiempo y dinero en tratamientos para trastornos del estado de ánimo como la depresión. Piensan que pueden prescindir del tratamiento con un profesional especializado y deciden hacerlo solos, usando únicamente la ayuda de algunas lecturas y del material que encuentran online.
¿Puedo solo?
Y habrá quien se atreva a afirmar que lo ha logrado. Que ha superado un trastorno depresivo con sus propias herramientas y sin la ayuda de un tratamiento clínico ya sea psiquiátrico o psicológico. Y no voy a decir que es imposible (al no haber sido diagnosticado, ¿cómo sabemos si era como tal un trastorno de depresión?, podría ser un periodo de tristeza para el cual no se requiere tratamiento). Seguramente sí existe uno que otro caso de personas que lograron superar la depresión viendo videos de YouTube, leyendo libros y siguiendo recomendaciones de médicos famosos en redes sociales. Pero estos casos son pocos y la excepción. Lamentablemente, el proceso no es tan sencillo para la gran mayoría de personas.
¿Qué tienen de especial los profesionales de la salud mental (psicólogos y psiquiatras)?
Un tratamiento es un intento de ponerle fin a un problema de salud que ha sido diagnosticado previamente o disminuir su sintomatología de manera que se alcance la mejor calidad de vida posible. Todo tratamiento tiene indicaciones y contraindicaciones.
El psicólogo o psiquiatra tiene muchas más herramientas para determinar qué tipo de terapia es la más acertada para nuestro caso particular, de las que podríamos encontrar en internet, y ni qué decir de las contraindicaciones, porque sí, las terapias en el área de la salud mental también tienen efectos secundarios. No tendríamos ni idea como manejar estos efectos o que hacer frente a ellos.
Por esta razón es tan importante tener el acompañamiento de un profesional en el campo de la salud mental, porque el tratamiento o terapia se hace a partir de la evaluación del paciente. Esta evaluación, en el tratamiento de la depresión requiere de exámenes médicos (para descartar enfermedades físicas que esté produciendo la depresión, p.e), revisión por psiquiatría (con el fin de saber si requiere medicación, entre otras cosas) y psicología (para realizar un proceso terapéutico que le permita aprender y manejar situaciones relacionadas, vincular a su familia, entender qué le está sucediendo, etc. )
¿Hay distintos tipos de tratamiento?
A partir de la evaluación, antes mencionada, el profesional tratante determina el tratamiento a seguir. Para la depresión hay varias terapias que han mostrado ser altamente efectivas, está por ejemplo la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), que es una de las más usadas y conocida como la «terapia de oro» en el tratamiento de pacientes depresivos.
Hay otras terapias que también tienen evidencia de su buen funcionamiento en pacientes con depresión, que comparten su raíz en la TCC. Está por ejemplo la Terapia Conductual Dialéctica, la Terapia Interpersonal y la Terapia Cognitiva Basada en la Conciencia Plena. Según el plan de tratamiento se opta por la terapia que mayor beneficio le dará al paciente y todas estas pueden usarse al mismo tiempo que tratamientos farmacológicos recetados por el psiquiatra a cargo si así lo considera.
¿Cuál es el objetivo principal de la terapia?
La terapia desde el enfoque Cognitivo Conductual estará dirigida fundamentalmente a trabajar en el aprendizaje del siguiente concepto: nuestros pensamientos, sentimientos y acciones están ligados, se afectan entre sí de manera proporcional. Entonces, si uno cambia, los otros dos también cambiarán. Así, la terapia intentará introducir al paciente en nuevas dinámicas que le generen nuevos pensamientos, o nuevas acciones, o nuevos sentimientos. Y también buscará mover las formas antiguas a formas más saludables.
Entre los objetivos centrales también se encuentran: estar presente en el ahora, enfocándose en una sola cosa y sin juzgar si es buena o mala; desarrollar habilidades para resolver problemas y tolerar los momentos de angustia; aprender habilidades para comunicar de mejor forma sentimientos y expectativas; aprender a interrumpir patrones de pensamiento indeseables; disminuir la autocrítica; entre otros.
¿Y los medicamentos?
Si el terapeuta ha sugerido (mediante una remisión a psiquiatría) complementar la terapia con fármacos o el psiquiatra luego del diagnóstico prescribe medicamentos para el manejo, estos deben consumirse siguiendo estrictamente las indicaciones del psiquiatra. Y debe tenerse muy presente que los fármacos son un complemento de la terapia. Tomar medicamentos sin el acompañamiento de la terapia puede ser muy perjudicial y ha demostrado menor adherencia al tratamiento farmacológico al igual que mayor número de recaídas.
También, por otro lado realizar solamente terapia psicológica en casos que esté indicado hacer uso de medicamentos hará que el proceso terapéutico sea mucho menos exitoso por cuanto los centros de aprendizaje están afectados por la variable fisiológica que se da en el trastorno depresivo, centros de aprendizaje que necesitas para poder recibir todos los beneficios que la terapia brinda.
Dejar de tomar los medicamentos también requerirá de la guía y acompañamiento por parte del psiquiatra y del psicólogo. Dejar de tomarlos repentinamente es perjudicial para la salud mental y física. Es importante acordar un plan para la disminución del medicamento en los casos que esto es posible.
Recomendaciones finales…
Una vez más debo insistir en que cuando se trata de depresión no se deben escatimar esfuerzos para obtener un tratamiento adecuado, tratamiento basado en evidencia científica y no «en lo que me contó el vecino que le ayudó a la amiga».
Es posible que haya temor de iniciar el tratamiento, muchas personas se sienten culpables por los sentimientos que experimentan. Se sienten abrumados, cansados y desesperados y estos sentimientos les impiden buscar ayuda de manera activa y expedita. Por eso, en algunas ocasiones, muchos de ellos necesitan un pequeño llamado a la acción (siempre desde el amor, el respeto y la empatía) o intervención que les dé la certeza de que serán entendidos, apoyados y amados en todo momento.
Si te encuentras hoy luchando con la idea de buscar ayuda profesional, no lo dudes más, ¡escribeme! Puedo ayudarte a reunir las fuerzas suficientes para que te animes a dar el siguiente paso.
Con cariño, Maggie.