¿Cómo vencer la depresión?

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¿La depresión se vence?

¡Claro que sí! Es posible vivir una vida libre de este trastorno. Y seguramente querrás saber cómo lo puedes hacer…

Cuando pensamos en cómo podemos superar la depresión lo primero que tenemos que tener presente es exactamente qué es la depresión. Porque no muchos saben que hay una diferencia entre depresión y depresión clínica. Y la diferencia entre estas dos es grande y tiene implicaciones médicas importantes.

Entonces empecemos por el principio, la diferencia entre depresión y depresión clínica es que la primera es ese estado de tristeza, melancolía, abatimiento que la mayoría de nosotros sentimos durante periodos cortos de tiempo y en respuesta a un evento o situación específica. Usualmente esta depresión es conocida simplemente como tristeza. Por otro lado, la depresión clínica es un trastorno del estado de ánimo en el cual los sentimientos de tristeza, ira, frustración, pérdida, y derrumbamiento interfieren con nuestra vida cotidiana por largos periodos de tiempo.

Síntomas de la depresión clínica

Los síntomas de la depresión clínica pueden variar en cada persona, y como podrán imaginarse también hay diferentes tipos de depresión. Los síntomas más comunes son:

  • Estado de ánimo decaído o irritable la mayoría del tiempo.
  • Exceso de sueño y cansancio o dificultad para poder dormir en las noches.
  • Modificaciones evidentes en los hábitos alimenticios, puede suceder que haya deseos excesivos de estar comiendo, o por el contrario, una fuerte supresión de las ganas de comer.
  • Sentimientos de culpa e inutilidad derivando en desprecio y odio por sí mismo.
  • Dificultad para concentrarse y desarrollar tareas cotidianas.
  • Inactividad y pérdida del entusiasmo por actividades y hobbies que antes le producían placer y se desarrollaban con emoción y disciplina.
  • Sentimientos constantes de desesperanza o abandono.
  • Pensamientos elaborados de muerte o suicidio.
cómo vencer la depresión

En los niños y adolescentes los síntomas pueden ser completamente diferentes, así que hay que estar muy atentos a cambios en su comportamiento, sus patrones de sueño y su desempeño escolar. 

En cualquier caso, ante la presencia de síntomas, es absolutamente necesario consultar con un especialista en salud mental. Por más que se identifique una persona con los síntomas aquí mencionados, la evaluación y el diagnóstico de un especialista es irremplazable. 

Y repito esto de manera reiterativa porque es muy común que las personas se autodiagnostiquen, y busquen recomendaciones de tratamiento entre sus conocidos. O alguien que ha recibido una ayuda farmacológica para un determinado síntoma y decide recomendarlo con facilidad a otras personas. Otros casos, también peligrosos, se presentan cuando se intenta controlar síntomas con medicamentos naturales y homeopáticos sin la supervisión o control de lo que sucede anímicamente con esa persona. Cualquier tratamiento que se haga por fuera del control, seguimiento y cuidado de un profesional en salud mental, puede tener consecuencias fatales, por eso es tan importante que no dejen su salud mental en manos inexpertas.

Ningún cuadro o caso depresión clínica es idéntico a otro, ciertamente es posible encontrar similitudes en ciertos casos, lo que nos permite a su vez agrupar estos casos en tipos distintos de depresión, y sin embargo, incluso dentro de un mismo tipo, los casos que se presentan pueden tener diferencias muy marcadas. La depresión clínica está sujeta a la subjetividad de cada persona, dependerá de diferentes causas, que pueden ser endógenas (internas: como la ausencia en una sustancia en el cerebro); o exógenas (externas: experimentar una situación traumática). Una vez más, solamente un profesional podrá darle el manejo adecuado a cada caso.

Y aquí quisiera puntualizar en otra cosa. Es muy común que las personas que padecen de depresión crean que la terapia tiene como único fin descubrir la causa de esa depresión, y piensan erróneamente, que si descubren la causa por sí mismos, entonces ya no será necesario hacer un tratamiento. Por supuesto que conocer las causas puede hacer más fácil el proceso de curación, pero no es el único elemento que se debe tener en consideración.

¿Cómo enfrentarnos a la depresión?

Ahora hablemos de cómo enfrentarnos a la depresión y salir victoriosos de ese encuentro. El primer paso y el más importante es pedir ayuda. Pero el pedir ayuda debe seguir algunas reglas para que este llamado sea escuchado y atendido. Entonces no solo debemos pedir ayuda sino que tenemos que aprender a pedirla.

En este proceso de pedir ayuda, es importante que podamos poner en palabras lo que nos sucede. Elaborar a partir de nuestros sentimientos un pedido de auxilio que pueda describir adecuadamente lo que estamos experimentado, las cosas que nos cuestan en las mañanas, aquello que no nos deja dormir en las noches, el peso que nos agobia durante el día. Lo siguiente que tenemos que tener muy presente es a quién vamos a compartirle nuestro pedido.

Es posible que esa persona que creías más cercana y capaz de ayudarte no tenga las herramientas emocionales y físicas para hacerlo. No te decepciones a la primera, esa persona puede seguir siendo muy cercana y especial en tu vida, pero lamentablemente, no es algo que todos puedan manejar con facilidad. Es importante que escojas no a la persona más cercana a ti, sino a una persona que pueda brindarte una ayuda efectiva. Esta persona es un profesional de la salud mental.

Si alguna vez te has animado a pedir ayuda, y no ha funcionado, puede que alguna de estas dos condiciones no se haya cumplido adecuadamente; o no lograste explicar claramente qué necesitabas o qué tipo de ayuda estabas buscando; o no escogiste a la persona indicada y sentiste que no eras importante o que tus problemas eran ignorados. Inténtalo nuevamente.

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Y luego de pedir ayuda, ¿cuál es el siguiente paso?

Una vez que has pedido ayuda y has llegado al profesional de salud idóneo, entonces escucha atentamente el diagnóstico al que llega esta persona. Es muy común que las personas asistan al médico con una preconcepción de lo que tienen, y si el diagnóstico del médico tratante no coincide con esa preconcepción, entonces descartan completamente las instrucciones y el tratamiento que deben seguir. No es muy aconsejable hacer esto, salvo que tengas razones médicas o éticas, es importante atender a las recomendaciones del profesional de salud mental que te está tratando.

¿Los grupos de ayuda colaboran en el proceso?

Otro paso que puedes dar en tu camino para vencer la depresión, y después de que has tomado los dos antes descritos, es vincularte a una terapia grupal. La terapia grupal por sí sola no es recomendable, debes tener presente que tu depresión debe ser tratada de manera individual porque no hay forma de establecer tratamientos generales que funcionen adecuadamente en todos los casos. Tu tratamiento estará centrado en tus particularidades, la familia que te rodea, el tiempo libre del que dispones, la personalidad que te caracteriza, tus gustos y necesidades. Así que una terapia individual es muy necesaria. La terapia grupal, por otro lado, puede darte una serie de ventajas y beneficios que son más difíciles de lograr en una terapia individual. 

La terapia grupal se caracteriza principalmente por permitirte tener acceso a un aspecto social de tu tratamiento. Usualmente las personas con depresión clínica tienden a aislarse, y la soledad en la que se sumergen es muy difícil de romper. Con la terapia grupal se controla este problema. Seguramente vas a verte inmerso en espacios en los que podrás tener acceso a un ejercicio permanente de exponer tus dificultades, pero también escuchar a otros compartir las propias, escuchar también formas diferentes en que tus compañeros de terapia han lidiado con ciertas situaciones. Este compartir información te permitirá analizar tus propias situaciones desde otras perspectivas, unas que quizás por ti mismo nunca hubieras visto. 

Es muy importante resaltar que la terapia de grupo no debe hacerse bajo la supervisión de una persona que no sea profesional en salud mental. Esto porque puede suceder que durante la terapia salgan a la luz aspectos que no sabes cómo manejar y que aunque durante la terapia te sientas muy bien, luego, en tu intimidad, ya no cuentes con las herramientas para confrontar eso nuevo que surgió. El retroceso en tu proceso si algo así se llegará a presentar sería devastador. Así que asegúrate de un espacio profesional para realizar tus terapias de grupo.

¿Qué otro paso puedo dar?

Otro paso que puedes dar en tu proceso es llamado la “Activación Conductual”. La depresión suele dejar a las personas en estados de quietud profunda, ya no disfrutan las actividades que antes disfrutaban realizar y aunque escuchan que deben retomar sus actividades no lo logran. Es posible que, en estos casos, lo que sucede es que las personas se quedan esperando que la motivación vuelva a ellos, y como esto no sucede pues no realizan las actividades. Una forma de combatir esto es haciéndolo a pesar de… No tiene que ser una gran cantidad de tiempo, ni algo que hacías en el pasado, puedes empezar con algo novedoso: la cocina, la pintura, el patinaje, cualquier cosa que aunque no te emocione te produzca un poco de curiosidad o creas que podrás hacerlo sin requerir mucha ayuda o supervisión.

La rutina, el orden, el aumento de endorfinas, la necesidad de cuidar de la higiene diaria, la sensación de logro y satisfacción personal; todos estos no son más que beneficios para cualquier persona, más aún para aquellos que intentan superar una depresión.

¿Qué más puede ayudarme venciendo la depresión?

El siguiente paso puede ser un poco más difícil de lograr, porque no depende enteramente de tu voluntad, pero igual hay que intentarlo con todo el compromiso posible. Se trata de la “Psicoeducación Familiar”. Esta consiste en educar a las personas que nos rodean en las particularidades de la enfermedad. La depresión no es solo dura para quien la padece, sino también para los que están a su alrededor. Pero una buena educación permitirá que la familia sepa qué hacer en determinados momentos, como actuar frente a ciertos comportamientos y cuándo dar un paso al costado y dar un poco de espacio. En algunos casos la terapia familiar será recomendable si el afectado no logra mejorar a causa de las dinámicas familiares.

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Finalmente, uno de los últimos pasos hacia una vida sin depresión es el involucramiento progresivo de las diferentes áreas de la vida dentro de las dinámicas terapéuticas. No hay otra forma de salir victorioso de una depresión si no se enfrenta de manera holística. Todas las áreas de nuestra vida están interconectadas, cuando una de ellas anda mal, las demás pueden verse afectadas, entonces lo mejor es involucrar nuestro tratamiento en todos los aspectos de nuestra vida, el laboral, emocional, financiero, etc.

Y dirán que no hay nada más que hacer después de que han llegado a este punto. ¡Pero sí lo hay! Se trata de mantenerse alerta y responsable, no descuidar nuestro tratamiento, no abandonar los buenos hábitos, mantenernos alejados de lo que nos causa daño, recordar cada día que somos el resultado de lo que hacemos, lo que decimos, lo que pensamos, y que debemos cuidar cada uno de ellos para poder gozar del bienestar emocional, mental y físico de una vida sana.

Recuerda que leer este blog no es más que una primera aproximación que haces a una vida diferente, no dejes el camino a medio hacer, escríbeme, el botón de WhatsApp está diseñado para eso.

Estoy segura de que algo bueno resultará de nuestra conversación. 

Nos vemos la próxima semana.

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