Cada vez que escuchas hablar de cansancio físico o mental imaginas que tiene una causa. El cansancio es una sensación extrema de falta de energía o agotamiento, y como lo señala el título de este blog, puede ser tanto físico como mental.
Las causas del cansancio físico o mental pueden ser muy variadas y de distinta índole y en general, si podemos asociar adecuadamente nuestra cansancio con una causa, no tenemos nada de qué preocuparnos. Especialmente cuando no es más que la consecuencia lógica de un gran esfuerzo que hemos puesto en algo.
Si trabajamos durante una semana intensamente en el desarrollo de nuevo proyecto; si hemos entrenado y corrido una maratón; si acabamos de dar a luz y tenemos un bebé que come cada tres horas; si recién volvemos al trabajo después de una larga pausa y debemos resolver muchos pendientes; todos estos ejemplos justifican que experimentemos cansancio físico y mental.
¿Lo has experimentado antes?
La gran mayoría de personas sabe reconocer perfectamente los síntomas del cansancio. Pero no es tan fácil distinguir el cansancio mental del físico. Por un lado, el cansancio mental se caracteriza porque la persona empieza a sentir fuertes dolores musculares en zonas donde se acumula la tensión.
Estas zonas son:
- Espalda
- Hombros
- Cuello
- Mandíbula
- Entrecejo
Pero además del dolor y la tensión en estas partes del cuerpo, el cansancio mental viene también acompañado de frecuentes y fuertes dolores de cabeza; dificultad para conciliar el sueño a pesar del cansancio; falta de concentración, la cual se evidencia porque te toma el doble de tiempo hacer alguna función que antes realizabas con facilidad; y en muchos casos también se presentan problemas digestivos, porque definitivamente los intestinos son unos de los órganos más sensibles a los niveles de estrés, las funciones digestivas se ralentiza o se aceleran, pero este tipo de molestias son muy comunes en personas con cansancio extremo.
Por otro lado, aunque el cansancio físico también puede traer consigo dolores musculares, estos se ubican en las zonas de tu cuerpo que has usado en exceso, y que muestran un poco de debilidad. Por ejemplo, si has realizado fuerza cargando cajas y objetos pesados durante una mudanza, lo más probable es que te duela la espalda; o si has corrido o levantado pesas recientemente, te dolerá el conjunto de músculos que utilizaste para dichos ejercicios. Es posible que debido al esfuerzo físico, especialmente si no estás acostumbrado a hacerlo, se combinen otros síntomas propios del cansancio mental, como dolores de cabeza. Pero una de las características más importantes del cansancio físico, es que en el cansancio físico los dolores y la fatiga son momentáneos, no se prolongan indefinidamente en el tiempo. Bueno, salvo que tengas una lesión que requiera atención médica, en esos casos, el músculo o parte de tu cuerpo afectado, la rodilla por ejemplo, puede doler constante y progresivamente hasta que se solucione el problema.
El cansancio mental, en cambio, tiene la particularidad de ser persistente, crónico. Y aunque descanses, duermas, o no realices actividades demandantes; permanecerá sin que el descanso pueda hacer mucho para disminuir los síntomas. Otro de los inconvenientes que más se presentan con el cansancio mental es que las personas se acostumbran a lidiar con los síntomas desde una perspectiva netamente farmacológica, es decir, no tratan la causa del dolor, sino el dolor en sí mismo. Por supuesto, si la causa queda desatendida, seguirá causando molestias indefinidamente.
Por eso es tan importante tratar de identificar de dónde viene ese cansancio. En muchos casos podrán hacerlo, y tomarán medidas para que no pase una vez más. Pero qué sucede con esas situaciones que son inevitables; o cuando simplemente no damos con una causa.
Este artículo es para enseñarles en qué momentos deben relacionar su cansancio físico con enfermedades mentales como la ansiedad y la depresión. Como ya mencioné anteriormente, el cansancio físico y mental puede tener infinidad de causas, pero aquí nos ocuparemos específicamente del cansancio físico y mental en relación con la salud mental.
Para lograr esto, es importante que identifiquemos qué otros síntomas estamos presentando. Porque desde ya les informo que si solamente han experimentado cansancio físico o mental, pueden descartar la ansiedad o la depresión como causa.
Haremos una distinción, unos son los síntomas adicionales de un posible caso de ansiedad, y otros los síntomas de un posible caso de depresión. Empezaremos con los síntomas de la ansiedad.
- Incapacidad para controlar la preocupación.
- Cansancio mental y físico.
- Sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
- Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
- Fatiga extrema.
- Irritabilidad.
- Tensión muscular.
- Problemas de sueño, dificultades para dormir, continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio.
- La preocupación o los síntomas físicos generan un malestar clínicamente significativo, o deterioro de la vida social, laboral, familiar u otras.
- Se han descartado efectos fisiológicos producidos por el consumo de algún fármaco o afectación médica.
Como pueden identificar, el cansancio físico y mental agrupa una serie de síntomas en sí mismo. Pero además es necesario haber presentado los demás síntomas durante más días de los que estuvieron ausentes por al menos los últimos 6 meses.
Ahora, dentro de la depresión también hay una lista de otros síntomas que se deben chequear antes de conectar el cansancio físico y mental con un trastorno depresivo, y como existen diferentes tipos de depresión, es necesario hacer una lista detallada.
Depresión mayor
- Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día.
- Pérdida de interés en la realización de las actividades que antes se ejecutaban durante el día.
- Aumento o pérdida significativa de peso.
- Agitación o retardo psicomotor.
- Cansancio físico o mental.
- Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva o inapropiada.
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, intento de suicidio o un plan específico para suicidarse.
Una persona debe sentirse identificada con 5 o más síntomas de esta lista y debe haberlos experimentado la mayoría de días de las últimas dos semanas. Entonces puede inclinarse a pensar que su cansancio físico y mental, más otros 4 síntomas pueden estar relacionados con un trastorno de depresión mayor.
Trastorno depresivo persistente o distimia
- Falta o exceso de apetito.
- Cansancio físico o mental.
- Baja autoestima.
- Sentimientos de desesperanza.
Una persona puede pensar que sufre de distimia si ha experimentado al menos dos de estos síntomas durante la mayoría de días de los últimos dos años.
Entonces, el cansancio físico y mental por sí solo puede que no esté relacionado con un trastorno del ánimo como la ansiedad o la depresión, pero si además están presentado alguno de los síntomas aquí mencionados, ¡es el momento de buscar ayuda! Incluso si aún no cumplen las características aquí descritas al pie de la letra. En ese momento necesitaran buscar ayuda de manera urgente e inmediata.
Las enfermedades, mentales o físicas requieren de trabajo adicional por parte del paciente. Nadie más que la persona que experimenta los síntomas es quien puede identificar que su situación está empezando a salirse de control. La labor del médico consiste en preguntar y en intentar descifrar, con exámenes en mano, qué es lo que está sucediendo al interior de su cuerpo y, por supuesto, es el único facultado para intentar resolverlas.
Exactamente igual sucede con los trastornos y enfermedades mentales. El profesional en salud mental debe escuchar atentamente la narración de su paciente para descifrar cómo esos síntomas están conectados. Pero es labor ineludible del paciente atender a las señales que le envía el cuerpo y buscar ayuda antes de que sea demasiado tarde.
Todo esto para decirles lo siguiente:
- Es importante que aprendan a reconocer síntomas.
- Es importante que aprendan a conocer su cuerpo y puedan identificar cuando algo sucede fuera de lo normal.
Es exactamente el mismo ejercicio que hacemos con la comida. La gran mayoría de personas tiene en su lista de “prohibidos” uno o varios alimentos porque no le hacen bien a su organismo.
¿Qué no le está haciendo bien a tu organismo en este momento?
Tal vez sea hora de animarte a dar el paso adicional y buscar ayuda, especialmente si te has identificado en la lectura que hiciste.
Un saludo,
Maggie